lunes, 26 de septiembre de 2011

Un rincón no es suficiente...











































Hace un tiempo le pedí a mi venerable esposo que hiciera un estante-gabinete para poner un poco de libros y un poco de loza, ya que en el mueble donde habitualmente mantenía las novelas ya me tenía preocupada por el sobrepeso al que le había sometido (si, error humano a todas luces); cumplió el buen hombre el trabajo de tan buena manera, tanto, que al final casi lo llenó con sus figuras de Star Wars... quedando una buena parte de mis novelas de Perry Mason relegadas a un mísero rincón en un humilde esquinero, snif, sob sob, y demases onomatopeyas que aludan a sollozos melodramáticos XD
El punto está en que sea como sea, Perry Mason merece un super-duper-mueble, pero de acuerdo a mi (des)criterio la utopía vendría siendo que cada libro contara con un espacio tal que se pudiese apreciar la portada sin mayor problema, pero en la vida real esto resultaría imposible ya que se trata de libros de (los de la foto) alrededor de 40 años, que necesitan estar apilados con algo de peso para que sus tapas no se 'encrespen' al menor cambio de temperatura... y esto sin contar con las ediciones más antiguas que tengo totalmente aparte ya que datan de 1938 en adelante, esos son mis tesoros sin lugar a dudas, y moriría del espanto si les pasa algo por causa de un poco de demencia mueblística...
O sea, estoy perdida.
Mis libros amados siempre estarán apretujaditos y medianamente escondiditos para poder alargar su existencia lo más posible.
...lo triste es cuando quiero releer un capítulo en particular, tardo una brutalidad en dar con el título en cuestión, juasjuasjuas... es una dulce existencia pulpesca :)


Proximamente: aburriré a los ocasionales parroquianos con alguna reseña de Donald Lam

No hay comentarios:

Publicar un comentario