viernes, 24 de febrero de 2017

Me derrito, por lo tanto desvarío.

Qué tal, apreciados parroquianos!
Si, tú, visitante anónimo, sé que por alguna extraña razón pasas y lees las aberraciones que ocasionalmente dejo por acá... qué tal la vida?
De mi les contaré que mi frágil corazón o entraña por el estilo que me provoque emociones se levanta de a poco trás la partida de Charlie... gato Carlo se siente muy presente en nuestro hogar, por lo que asumo eso provoca no estar en un rincón tapados con periódicos. Lo cual es bueno, creo.

Aún es verano en estas latitudes (Chile) y a pesr de que nuestra ciudad de residencia está en plena costa y eso provoca que esté más bien frío todo el año.... el calentamiento global se nota como la adolescencia en la piel de los jóvenes, hace mucho, muchísimo, demasiado calor. Y afecta al cerebro. Han habido hasta 25° C y eso genera una necesidad más imperante de lo normal de tomar mucha cerveza a diario... a cada momento...
Sin cerveza fría, el calor no permite leer, ya que aunque sea la novela más apasionante o el cómic más trepidante  corres el riesgo de caer de bruces sobre la obra y estropearla para siempre.
Hacer cualquier labor que implique aplicar un poco de sentido común de hecho se vuelve una tarea titánica en realidad. 
Hay días en que despierto con la idea de poner el Friends of Mister Cairo a todo volumen e instalarme a pintar una portada falsa de pulp o algo así de edificante, pero apenas sales de la ducha toda energía se ha ido por el desagüe y finalmente se pasa la vida en pequeñas rutinas familiares que a lo mucho nos han permitido ver bastante anime en los ratos de conciencia. Lo que no es malo, pero digamos que ver una hora y media de anime no es comparable a todo lo que se podría hacer a lo largo de un día entero. O sea, mal.
A nuestro hijo casi hay que chantajearlo para que practique un rato de guitarra... y ni siquiera a diario.
El señor esposo (a.k.a. sr. esclavo) tiene 5.340 proyectos inconclusos y acumula más y más... sin terminar ni uno....
Este clima no es lo nuestro. Añoro el invierno. 
 También a mi gato... a la paloma.... al perro tarado... a esas series que están en hiatus eterno ( a las que se sumó Sherlock, rayos y centellas), mi cintura.. ah, no, eso es por tomar tanta cerveza... bueno, advertidos quedaron de que esto se venía de desvaríos!!

Dejo un boceto pulpesco que hice esta tarde mientras me tomaba algo frío, con mucho hielo. Con pequeña harpía que provoca los argumentos de muchas novelas de detectives.

Para la próxima entrada prometo mostrar unas maravillosas revistas de actualidad de los años '40 que compré hace poco, y quizás seguir despotricando porque todo lo que amo muere o se termina (es impresionante como cada web cómic o manga que leo va acabando uno a uno como si los autores  estuvieran de acuerdo en mortificarme)
¡Hasta la vista!

domingo, 5 de febrero de 2017

Charlie

Charlie.
Charlotte.
Carlota.
Carlali.
Carlo (el amante italiano).
Don Carlo
Carlos Alberto.
Carlangas.
La Diva.
 Y un largo etcétera fueron los sobrenombres que recibió Charlie Gato S. V., magnifico ejemplar felino que habitó fisicamente en nuestro hogar desde diciembre del 2010. Hombre-gato como no había conocido, macho recio que cuidó a cuanto gato y pájaro rescatado ha pasado por esta casa, amante hermano mayor de nuestro hijo humano (Lucas es mayor en edad cronológica, pero obviamente el gato maduró mucho antes por lo que asumió el rol de big bro) y excelente amigo, confidente, hermano.... tantas cosas que fue este animal, por la misma cresta!! Nos va a hacer tanta falta, tanta. 
El año pasado te diagnosticaron leucemia, resignado tomabas los medicamentos de turno. Te dejabas bañar si era preciso. Si te apetecía algo rico en el momento que se te ocurriera te las ingeniabas para que Alvaro o yo te atendiéramos pronto. Tuviste una extraña relación con Lulú, pero el año pasado, crom, ¡¡cuantas cosas pasaron el año pasado!! algo pasó y se distanciaron; intentaron retomar su idilio, pero el quiebre ya era definitivo. El divorcio finalmente llegó, pero fueron capaces de seguir con su vida bajo un mismo techo ahora con afecto fraternal en lugar de la pasión romántica que día los embargó. 
La noche anterior con el sr. esposo (a.k.a. sr. Esclavo y para los amigos Alvaro) nos quedamos hasta la madrugada escuchando música y hablando de la vida, contigo en el regazo, ronrroneando satisfecho probablemente por estar como siempre tomando parte de las cosas importantes, más allá de las barreras idiomáticas... tu opinión siempre tuvo mucho peso, eso lo tuviste siempre claro. Tu lugar jamás se cuestionó en la "jerarquía" familiar. Eras tan sabio que a veces sonabas mucho más juicioso que nosotros juntos.

Hoy la mala fortuna se cruzó en nuestro camino, otra vez. 
Desde que te diagnosticaron la leucemia nos mentalizamos que no vivirías 20 años como probablemente lo lleguen a hacer los demás felinos de casa, por lo que decidimos ser un poco más flexibles con algunas cosas que antes no soñábamos dejarte hacer.
Las últimas semanas andabas un poco malhumorado, lo que demostrabas subiéndote al mesón de la cocina o hacer pis en pleno comedor, por lo que accedimos a que salieras por ratos a tomar aire fresco al jardín.
 Sepa el diablo porque llegaste hasta el frente de la casa y peor, atravesaste la reja y algún can que pasó por la calle, ignorante de tu importancia en nuestras vidas, provocó que fallecieras fulminantemente... en cuestión de minutos pasó todo y no hubo más que hacer que abrazarte y acariciarte por última vez mientras Alvaro nuevamente cavaba en el jardín esta vez  para ti, gato Carlo, amigo mio, es algo de no creer.
Agradezco con todo el corazón todo el tiempo que pasamos juntos, cada vez que me buscaste a mi o a los hombres-humanos para regalonear un rato, que te mostraste preocupado por nosotros... te agradezco todo mi gato rancio, los momentos en que me hiciste gritar como loca porque cometías algún crimen, los que me acompañaste cuando hubo que meditar mucho algo o tomar una decisión, los momentos tristes... y sencillamente te agradezco por ser tú y adoptarnos como familia, con todos nuestros defectos, aún así nos aceptaste y nos demostraste tanto amor como a tus hijos adoptivos.
Nos vemos en el futuro, compañero, acá te pensaremos cada día, a veces con una lágrima asomando, pero te garantizo, amigo mio, que la mayor parte del tiempo con una gran sonrisa.
Te amamos por siempre.
Tu familia.
El día que te trajimos a casa.

Ya habia acabado el romance con Lulú, pero como adultos civilizados supieron relacionarse aún después del amor de pareja

Amabas sentarte en las mesas, especialmente cuando acababan de ser limpiadas.